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Casa de la Negritud y de los Derechos Humanos en Champagney (Alto Saona):

«Los habitantes y la comunidad de Champagney no pueden pensar en el mal que sufren los negros en las colonias, sin tener el corazón inundado del más vivo dolor, ...»
Artículo 29 del cuaderno de quejas de los habitantes de Champagney del 19 de marzo de 1789


La casa de la Negritud y de los Derechos Humanos debe su nombre al antiguo presidente de la República de Senegal, Léopold Senghor, ardiente defensor del movimiento de la negritud, que le otorgó su protección en 1971.
Este lugar de memoria en torno a la esclavitud de los Negros fue creado en 1971 por un habitante de Champagney apasionado de la historia local, René Simonin (1911/1980) que exhumó unos archivos departamentales del Alto Saona, un texto único en su género: el artículo 29 del cuaderno de quejas de Champagney en el que los habitantes de este modesto pueblo pidieron la abolición de la esclavitud de los Negros desde 1789.

La casa de la Negritud es además un lugar de reflexión sobre la actualidad de las violaciones de los Derechos Humanos en general y la persistencia de la esclavitud en particular.



Casa de la Negritud y de los Derechos Humanos en Champagney (Alto Saona):

El reinado de Louis XVI está marcado por las dificultades económicas y el déficit creciente de las finanzas públicas. La deuda agravada por el coste de la guerra de América absorbió hasta el 60 % de los ingresos del Estado. A esta crisis financiera se suma una crisis social, el 98% de los franceses que pertenecen al Tercer Estado no aceptan más la desigualdad ante los impuestos.

En 1788, cuando la crisis está al máximo, Louis XVI provoca el 8 de agosto de 1788 la convocatoria de los Estados generales para el 5 de mayo de 1789 en Versalles.
En todos los rincones del Reino de Francia se abre entonces la elección de diputados y la redacción de los cuadernos de quejas.
En vísperas de la Revolución Francesa, Champagney cuenta con unos 2000 habitantes, campesinos y menores, en lo esencial saben lo que significa trabajar duro, esforzarse y sufrir en una tierra ingrata y el clima duro.

En la monotonía de su vida cotidiana, los habitantes de Champagney tienen sin embargo un orgullo: su iglesia toda nueva donde se reúnen y que también es a la salida, un lugar de reunión donde se intercambian ideas y decisiones que tomar a nivel de la comunidad. El invierno de 1788-89 fue terrible: a la penuria alimentaria y al frio se añadieron los impuestos y corveas. Además, todos se reunirán naturalmente para responder a la llamada de su cura que les pide reunirse para redactar su cuaderno de quejas, el 19 de marzo de 1789. También con toda naturalidad, abordarán sus dificultades materiales que son las de otras comunidades aldeanas de la época. Sin embargo, ellos añadirán igualmente un artículo único en su género, el número 29, denunciando la esclavitud de los Negros.

El reinado de Louis XVI está marcado por las dificultades económicas y el déficit creciente de las finanzas públicas. La deuda agravada por el coste de la guerra de América absorbió hasta el 60 % de los ingresos del Estado. A esta crisis financiera se suma una crisis social, el 98% de los franceses que pertenecen al Tercer Estado no aceptan más la desigualdad ante los impuestos.

En 1788, cuando la crisis está al máximo, Louis XVI provoca el 8 de agosto de 1788 la convocatoria de los Estados generales para el 5 de mayo de 1789 en Versalles.
En todos los rincones del Reino de Francia se abre entonces la elección de diputados y la redacción de los cuadernos de quejas.
En vísperas de la Revolución Francesa, Champagney cuenta con unos 2000 habitantes, campesinos y menores, en lo esencial saben lo que significa trabajar duro, esforzarse y sufrir en una tierra ingrata y el clima duro.

En la monotonía de su vida cotidiana, los habitantes de Champagney tienen sin embargo un orgullo: su iglesia toda nueva donde se reúnen y que también es a la salida, un lugar de reunión donde se intercambian ideas y decisiones que tomar a nivel de la comunidad. El invierno de 1788-89 fue terrible: a la penuria alimentaria y al frio se añadieron los impuestos y corveas. Además, todos se reunirán naturalmente para responder a la llamada de su cura que les pide reunirse para redactar su cuaderno de quejas, el 19 de marzo de 1789. También con toda naturalidad, abordarán sus dificultades materiales que son las de otras comunidades aldeanas de la época. Sin embargo, ellos añadirán igualmente un artículo único en su género, el número 29, denunciando la esclavitud de los Negros.

Este artículo fue sin duda sugerido por la personalidad local Jacques Antoine Priqueler (1753/1802), originario de Champagney, guardia del cuerpo del rey por entonces de vacaciones de semestre en su pueblo natal. Su puesto en Versalles, sus vínculos familiares, es el sobrino del obispo Gobel, así como su asistencia a los centros avanzados de la capital donde se seleccionan a los miembros de la Sociedad abolicionista de amigos de los Negros, explican su conocimiento de este sistema económico normal y legal que es la esclavitud de los Negros en el siglo XVIII.

Los habitantes de Champagney posiblemente fueron aún más sensibles al mensaje del oficial por el hecho de que, si ellos ignoraban todo este tema de esclavitud que se desarrollaba a miles de kilómetros de ellos al otro lado del Océano Atlántico, conocían sin embargo a un hombre de piel negra, el rey mago Baltasar, pintado en un cuadro de su iglesia aún visible hoy en día.


«Los habitantes y la comunidad de Champagney no pueden pensar en las maldades que sufren los negros en las colonias, sin tener el corazón inundado del más vivo dolor, imaginándose a sus semejantes, unidos aún a ellos por el doble vínculo de la religión, siendo tratados más duramente que los animales de carga...»
Extracto del artículo 29 del cuaderno de quejas de Champagney. El original se conserva en los archivos departamentales de Alto-Saona (Documento B4213)

Este deseo es doblemente excepcional:


• de hecho, si una veintena de cuadernos de quejas en Francia se mostraron a favor de la emancipación de los esclavos, todos lo hicieron de una forma ambivalente entre preocupación humanitaria y conservación de intereses económicos. Solo el artículo 29 del cuaderno de Champagney marcará una posición clara, definida y completamente humanista.


• en tres párrafos, dentro de la cólera expresada por los humildes de Champagney encontramos a la vez los principios de la condena filosófica de un Montesquieu y la denuncia económica de un Turgot en un estilo incisivo digno de un Diderot. Mantenido como patrimonio de los intelectuales hasta los años 1830, la denuncia de los anónimos de Champagney, de la que una parte era analfabeta, fue el primer destello de un movimiento popular en la sociedad francesa.